viernes, 21 de junio de 2019

Como prevenir la aparición de diabetes para personas mayores de 40 años

La diabetes es un síndrome caracterizado por la incapacidad de manejar el metabolismo de la glucosa de manera correcta. La imposibilidad del organismo para secretar o reconocer a la insulina trae como consecuencia la deficiencia en el transporte de la glucosa desde la sangre hacia el interior de los tejidos causando un aumento en su concentración sanguínea. En una diabetes de tipo 1 el organismo afectado carece de los medios para la síntesis y secreción de insulina. En una diabetes de tipo 2 la secreción de la hormona no se ve afectada en un primer momento pero la respuesta en el sitio de acción está deteriorada. Los factores que favorecen a este síndrome varían dependiendo el tipo de diabetes que afecte a la persona. En la diabetes de tipo 1 se piensa que la causa radica en una respuesta autoinmunitaria sobre las células beta del páncreas, encargadas de la producción y secreción de insulina. En la diabetes de tipo 2 los factores ambientales cobran mayor significancia. Es el tipo de diabetes más extendido entre la población mundial y se encuentra estrechamente relacionado con la obesidad, el sedentarismo, la dieta y cierto grado de carga genética. Afecta principalmente a personas adultas.

Prevenir la diabetes en mayores de 40 años

La medicina actualmente está estudiando métodos que permitan evitar el desarrollo de la diabetes de tipo 1. Este tipo de diabetes es más complejo de evitar ya que los factores desencadenantes son de tipo inmunológico. Sin embargo no es este el tipo de diabetes que suele aparecer en personas adultas, por lo general la presentación de la diabetes miellitus de tipo 1 está confinada a la primera etapa de la vida. En personas mayores de 40 años aún sanas la posibilidad de desarrollar el tipo 1 de la enfermedad decrece en la medida que aumentan las posibilidades de desarrollar el tipo 2. La lógica de este paradigma radica en los factores que favorecen al desarrollo en ambos casos. Una persona aumenta sus posibilidades de padecer diabetes de tipo 2 cuando está expuesta a un estilo de vida sedentario con una dieta desequilibrada que conste de una alta ingesta de hidratos de carbono de rápida absorción. Las posibilidades son aún mayores si la persona muestra algún grado de obesidad. Esto no quiere decir que toda persona obesa desarrollará la enfermedad, mucho tiene que ver el contexto genético que le acompañe. No obstante los datos recopilados sobre la creciente incidencia de la enfermedad en el mundo hacen pensar que no es difícil encontrar factores genéticos predisponentes entre la población común.

¿Qué plan de acción tomar para evitar la diabetes?

La primera tarea será revisar el estilo de vida actual y evaluar las condiciones físicas imperantes en este momento. Para ello habrá que revisar los siguientes ítems:

Peso corporal

¿Está mi cuerpo dentro de los parámetros saludables según el índice de masa corporal? Para saberlo solo basta con realizar una simple cuenta. Se divide el peso en kilogramos sobre la altura de la persona expresada en metros y elevada al cuadrado. Por ejemplo, una persona que mida 1.70 m y pese 70kgs dividirá 70kgs sobre 1.70m al cuadrado. El resultado será aproximadamente 24 y está dentro de los parámetros aceptables de peso. Todo resultado superior o igual a 25 será considerado sobrepeso y si el mismo supera los 30 se lo catalogará como obesidad.

Actividad física regular

No se hace referencia con esto a la necesidad de convertirse en un fanático del fitness o del gimnasio. Se estima que una persona que realice 30 minutos de caminata diaria, intensa y sin parar cumple las necesidades básicas de movimiento y ejercitación para garantizar un nivel de actividad física aceptable.

Actividad deportiva

La actividad deportiva se diferencia del ítem anterior al demandar un mayor esfuerzo físico y mental. Un deporte o las actividades llevadas a cabo en un gimnasio generan un mayor impacto metabólico en el cuerpo. El perfil hormonal que se estimula en los períodos de ejercitación favorece a la remoción del tejido adiposo excedente y favorece al ingreso de la glucosa en el tejido muscular sin dependencia de la acción de la insulina. El consumo de los niveles energéticos del músculo ejercitado hará que toda glucosa y lípido que ingrese en la célula muscular tienda a ser degradado para fabricar nuevas moléculas energéticas. Esta situación es la que popularmente se conoce con la frase “quema de calorías”. Una vez que se determina cuál es el estado actual del peso corporal y la actividad física, se puede pasar a desarrollar el plan de acción. Para evitar el desarrollo de la diabetes será necesario establecer un plan de ejercitación que como mínimo garantice 30 minutos de caminata diaria. La actividad deportiva o el apuntarse en un gimnasio reforzarían el beneficio de la actividad física pero no es algo indispensable.

Controlar el peso corporal

Si el IMC ha dado por encima de 25 entonces es hora de prestar atención al peso corporal. La actividad física y una dieta equilibrada ayudarán a disminuir el índice hasta valores saludables.

Control de la dieta

El mandato general dice que una persona promedio debería consumir aproximadamente 2000 kilocalorías diarias para garantizar una buena nutrición. Sin embargo estos valores dependen de la actividad física, mental y del metabolismo basal que presente la persona. El metabolismo basal es la cantidad de energía que una persona requiere diariamente para garantizar los procesos metabólicos básicos que le permiten seguir viviendo. Por ello es importante mantener el equilibrio entre lo que se come y lo que se deja de comer. Para evitar el desarrollo de la diabetes, los nutricionistas recomiendan una dieta rica en carbohidratos y baja en grasas. Se podría pensar que la riqueza en carbohidratos como la glucosa en una dieta puede llegar a ser irónico. No obstante, no todos los alimentos ricos en carbohidratos son iguales. Existe un registro llamado Índice Glucémico, un cálculo que se basa en comparar alimentos y la velocidad con la cual se absorben sus glúcidos a través de la digestión. Un alimento con un Índice glucémico de 100 indica que la velocidad a la cual se absorben los carbohidratos es alta y por lo tanto son más propensos a generar picos de glucemia elevados. En cambio aquellos alimentos cuyos índices sean bajos, indican que para absorber su contenido en glucosa deberá pasar mayor tiempo de digestión. Esto es importante para evitar altas concentraciones de azúcar en sangre, y por lo tanto una mayor efectividad en la insulina.

Comer frutas y vegetales

Es importante la ingesta de frutas y vegetales y a pesar de ser ricos en hidratos de carbono como la fructosa (un tipo de azúcar) no están contraindicados en la diabetes. El beneficio de estos alimentos radica en el contenido de vitaminas y minerales indispensables para el buen funcionamiento general del organismo. Además, son una fuente valiosa de fibra que retrasa la absorción de glúcidos y grasas a través de la digestión. Al mismo tiempo, el efecto de masa ocupante en el bolo alimenticio genera sensación de saciedad y la persona restringe naturalmente su ingesta calórica favoreciendo al control del peso corporal.

Ingesta de agua

Como en toda dieta equilibrada, el agua es parte indispensable del proceso. Una correcta hidratación es necesaria para favorecer niveles normales de volemia y filtración renal. Además mantiene las propiedades del plasma sanguíneo en niveles adecuados para las funciones sanguíneas de transporte y nutrición.

No realizar dietas de restricción total de glúcidos

Muchas personas piensan que para evitar la diabetes basta solo con evitar todo tipo de glúcidos y carbohidratos. Esto no demostró ser beneficioso ya que toda glucosa que no ingrese en el cuerpo puede ser generada por el organismo a partir de otros productos. Lo ideal es una ingesta moderada, aunque la dieta a seguir depende de las cualidades personales de cada paciente. La restricción calórica en una dieta demostró ser un buen estímulo para favorecer la sensibilidad de los tejidos a la acción de la insulina. Esto es importante saberlo ya que cumplir con un régimen dietario podría favorecer a una mejora en el perfil hormonal de la persona y evitar el desgaste de los receptores que conlleva a la diabetes de tipo 2.

Ingesta de alcohol moderada

El alcohol en la dieta occidental es un factor común que trasciende las fronteras y culturas. Una persona con un consumo moderado del mismo puede verse favorecido en el aumento de la sensibilidad de los tejidos a la insulina y probablemente de un aumento del HDL colesterol, también llamado colesterol bueno. Estas características lo sitúan dentro del grupo de los productos que disminuyen el riesgo de padecer diabetes de tipo 2. Sin embargo, una ingesta no moderada y excesiva de alcohol puede llevarlo al efecto contrario. Beber grandes cantidades de alcohol desemboca en una producción exagerada de lípidos y en la destrucción histológica del hígado y del páncreas.

Disminuir los niveles de estrés

El estrés no es un simple efecto psicológico ni tampoco se limita a la esfera de lo emocional. En medicina esta palabra indica todo proceso que cause un estado de alerta en el organismo, en la vida cotidiana utilizamos el término vinculándolo más que nada a la esfera psíquica. Lo cierto es que el cuerpo ante una situación de amenaza activa ciertos sistemas hormonales que contribuyen a la secreción de catecolaminas y cortisol. Ambas hormonas tienen efectos hiperglucemiantes. De este modo tanto un susto como un golpe o una inflamación pueden suscitar la activación de la respuesta al estrés. Es importante cuidar la integridad física y emocional, actividades como el yoga, la meditación, los hobbies y acciones lúdicas favorecen a la secreción de endorfinas y serotonina que contribuyen a un estado de bienestar general. Conclusión En personas mayores de 40 años el desarrollo de la diabetes está estrechamente vinculado al estilo de vida. Evitar la presentación de la enfermedad radicará en los factores ambientales y genéticos de la persona en cuestión. Los factores ambientales que pueden ser modificados para contribuir al correcto funcionamiento de la regulación de la glucemia son: el peso corporal, la actividad física aeróbica y anaeróbica, el equilibrio psíquico y la dieta equilibrada. No hay que dejar de visitar al médico para que determine nuestros factores y controle los niveles de glucemia, así como la visita a un profesional de la nutrición puede favorecernos en la adquisición de una dieta supervisada que nos brinde todos los nutrientes necesarios en su justa medida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario